
Tras una maratónica sesión que se extendió por más de 24 horas, el Senado de la República aprobó con 82 votos a favor y 34 en contra la nueva Ley General de Aguas, una legislación impulsada por la mayoría oficialista y considerada un tema clave en la agenda nacional.
La Ley, aprobada con dispensa de trámites y que incluye 68 modificaciones a la legislación anterior, tiene como objetivo central garantizar el agua como un derecho humano y, de manera crucial, eliminar cualquier posibilidad de que el recurso sea mercantilizado.
La votación se llevó a cabo en un clima de alta tensión, marcado por el rechazo de la oposición a la metodología y al contenido de la propuesta.
Tras la aprobación en lo general, se registraron 25 reservas al dictamen. Pese a los esfuerzos de la oposición por modificar la ley, sus propuestas fueron sistemáticamente rechazadas por la mayoría. Durante el debate, senadores de Morena, PAN y PRI protagonizaron confrontaciones con acusaciones mutuas sobre la posesión y manejo de concesiones de agua.
El senador Ricardo Monreal se pronunció sobre la aprobación, cuya postura fue clave para consolidar la mayoría.
La nueva Ley General de Aguas, que reforma, deroga y adiciona diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, ha sido turnada al Ejecutivo Federal para su próxima publicación en el Diario Oficial de la Federación, con lo que entrará en vigor.
La legislación promete redefinir la administración hídrica del país, poniendo fin a la polémica sobre el uso privado y concesionado del vital líquido, aunque se espera que continúe generando debate entre los diferentes sectores de la sociedad.

