
Se sabe que todo comenzó La noche de este martes 11 de noviembre, cuando el Aeropuerto Internacional de Monterrey activó los procedimientos de emergencia para atender el vuelo 3382, pero sin precisar los detalles.
Casi una hora después, se supo que Un pasajero que se tornó agresivo y presuntamente amenazó con detonar una bomba a bordo del vuelo 3382 de Volaris, con ruta entre Tijuana-Veracruz, forzando a la aeronave a realizar un aterrizaje de emergencia.
De acuerdo con los reportes, el pasajero comenzó a discutir con la tripulación y con otros viajeros del vuelo procedente de Tijuana, Baja California. Al ser llamado a mantener la calma, respondió con una presunta amenaza de bomba, y se dijo que incluso habría mencionado portar un arma de fuego.
Al aterrizar, se activaron los protocolos de seguridad, dirigiendo el avión a una calle de rodaje alejada de la terminal de pasajeros, y suspendiendo las operaciones en la Terminal A del aeropuerto de Apodaca, durante aproximadamente 45 minutos, como medida preventiva.
En el operativo participaron elementos de la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano y el Cuerpo de Rescate del aeropuerto. Por su parte, la aerolínea Volaris emitió un comunicado a través de sus redes sociales, asegurando que “el reporte del capitán confirma que en ningún momento estuvieron en peligro los pasajeros, la tripulación ni la aeronave”, asegurando que el “pasajero fue controlado por sus acompañantes y la tripulación”, desde antes de aterrizar en Monterrey.